Crítica de A SALA LLENA

Por Julia Panigazzi

The taste of love is sweet:

when hearts like our's meet .
I fell for you like a child
oh, but the fire went wild. (…)

Se repone una interesante pieza fruto del trabajo del taller de montaje de egresados de Timbre 4, la cuál une las historias de varias parejas marcadas por la violencia. Donde el comienzo, es justamente el peor final, que se extiende por tiempo indeterminado, ya que el pozo no es tan profundo como pensaron y el recuerdo se escapa. Cada personaje relata desde su punto de vista que fue lo que sucedió, con intervalos de música que intentan congelar ese momento en el que se comía y se respiraba amor o eso parecía.

Román Podolsky dirige una obra propia sobre el tema de la violencia, a simple vista de género, pero contiene muchas más, muy hábilmente entrelazadas entre sí con una fuerte presencia de humor negro, que se armoniza con las lineas crudas de los personajes.

El elenco en su conjunto maneja el espacio de manera, en que podamos seguirlos a través de la búsqueda fragmentada en etapas duras de angustia y desconcierto. Las historias van surgiendo de manera sorprendente y el ritmo lo dirige la palabra. Se destaca el armado de las parejas que se complementan y se repelen, una y otra vez, causando en el público una especie de nerviosismo, seguido de sobresalto.

Carente de escenografía, la pieza merece una sala mayor para no perder los espasmos, los movimientos, las sombras y el dolor de las mujeres que deambulan por este limbo cruel. Cuando el beso se vuelve mordida el rostro parece rechazar el maquillaje para dejar al descubierto eso que fue …

Si bien es un tema desgastado y difícil de abordar, la pieza no pone el acento exclusivamente en el maltrato hacia la mujer: sino en la violencia en general, el monólogo de las víctimas del juego, con odio y muerte por amor.

Es muy recomendable ser espectador del fruto, del tejido entre la palabra, el espacio y lo físico, que produce el actor dando forma a una pieza sólida, conformada desde la dramaturgia de actor y cuyo combustible es la creatividad colectiva de quienes están en escena.

Nota completa en www.asalallenaonline.com.ar